12 de febrero de 2011

Día de Verdad IV

Día 4 – Madrid arrinconado  y descompasado



El sentimiento. Mejor vayamos por orden…Empiezo.

El pensamiento. Hoy se lo digo, hoy lo hago.

El sentimiento. Nervios. Inquietud. Euforia. Vida.

El movimiento. Confirmar las dudas, en el peor de los casos, resolverlas. Un beso. El beso. Miles.

El lugar. No sabría describir dónde estaba ni cómo era. Pero era un lugar, y eso, en ese momento, era suficiente. Un anónimo lugar nocturno.

Instantes de sonrisas, de miradas vergonzosas, instantes de mayor lentitud, de inquieto desconocimiento, de esquinas expectantes, de calles que no se conocen, de coches esporádicos y ruidosos, de silencios que no callan, instantes de sentimiento, sensaciones y pensamientos desordenados y desbocados.

Él la mira, por primera vez a 2 centímetros y se le descoloca todo lo que siempre había mantenido en pie, piensa, de repente piensa con la cabeza demasiado rápido, y dice con los ojos: “los labios sonrientes más bonitos del mundo son estos, son estos que tengo delante, estoy seguro de ello, sólo hay que verlos a 2 centímetros. Es normal que no lo sepa casi nadie, pocos tienen este privilegio de que te sonrían a tan nula distancia.” Y de repente siente con el primer organismo que puede, calla con los ojos y actúa con lo que toca.

“La estoy besando…No me lo creo.” Se separan. Y lo de siempre, se encuentran mirándose con los 2 ojos, se ríen y se vuelven a besar.

Nar mira el reloj y piensa que debería haberla besado antes, ya se tiene que ir, cuando la cita había empezado a tener su sentido, su clave.

Se despiden con otros 3 besos en la estación sin nadie delante.


Pero como siempre, hay ganas de más, pero como siempre, un “¡hasta luego!” más cercano y alegre, pero igual de seco.

Viene el tren y de repente, Nara se da la vuelta y se acuerda de algo.

Nara: ¡Pero Nar, aún no me has dicho eso que querías decirme!

Nar: Lo sé. Será el Día de Verdad VII. Antes no puede ser.

Nara: …De acuerdo.




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