1 de marzo de 2016
21 de enero de 2016
15 de enero de 2016
7 de noviembre de 2015
23 de agosto de 2015
Somos de Verdad
Hay cristales opacos y piedras transparentes. Días negros y noches
blancas. Lo feo puede resultar bello y lo hermoso, detestable.
Recordamos
minutos durante años, pero en 7 minutos han pasado años.
La
verdad duele pero la mentira mata.
La gente buscando la belleza en la
boca y en los ojos, obviando las sonrisas y las miradas. La belleza son
sentimientos no medidas. La presencia como la ausencia, excita y ocultar incita.
Como veis, vemos las cosas como somos, no como son.
22 de agosto de 2015
Tú de Verdad
Cuando sepas de mí, tú disimula. No les cuentes
que me conociste, ni que estuvimos juntos, no les expliques lo que yo fui para
ti, ni lo que habríamos sido de no ser por los dos. Primero, porque jamás te
creerían. Pensarán que exageras, que se te fue la mano con la medicación, que
nada ni nadie pudo haber sido tan verdad ni tan cierto. Te tomarán por loca, se
reirán de tu pena y te empujarán a seguir, que es la forma que tienen los demás
de hacernos olvidar.
Cuando sepas de mí, tú calla y sonríe, jamás
preguntes qué tal. Si me fue mal, ya se ocuparán de que te llegue. Y con todo
lujo de detalles. Ya verás. Poco a poco, irán naufragando restos de mi historia
contra la orilla de tu nueva vida, pedazos de recuerdos varados en la única
playa del mundo sobre la que ya nunca más saldrá el sol. Y si me fue bien,
tampoco tardarás mucho en enterarte, no te preocupes. Intentarán ensombrecer tu
alegría echando mis supuestos éxitos como alcohol para tus heridas, y no
dudarán en arrojártelo a quemarropa. Pero de nuevo te vendrá todo como a
destiempo, inconexo y mal.
Qué sabrán ellos de tu alegría. Yo, que la he
tenido entre mis manos y que la pude tutear como quien tutea a la felicidad,
quizás. Pero ellos... nah.
A lo que iba.
Nadie puede imaginar lo que sentirás cuando sepas
de mí. Nadie puede ni debe, hazme caso. Sentirás el dolor de esa ecuación que
creímos resuelta, por ser incapaz de despejarla hasta el final. Sentirás el
incordio de esa pregunta que jamás supo cerrar su signo de interrogación.
Sentirás un qué hubiera pasado si. Y sobre todo, sentirás que algo entre
nosotros continuó creciendo incluso cuando nos separamos. Un algo tan grande
como el vacío que dejamos al volver a ser dos. Un algo tan pequeño como el
espacio que un sí le acaba siempre cediendo a un no.
Pero tú aguanta. Resiste. Hazte el favor. Háznoslo
a los dos. Que no se te note. Que nadie descubra esos ojos tuyos subrayados con
agua y sal.
Eso sí, cuando sepas de mí, intenta no dar portazo
a mis recuerdos. Piensa que llevarán días, meses o puede que incluso años
vagando y mendigando por ahí, abrazándose a cualquier excusa para poder
pronunciarse, a la espera de que alguien los acogiese, los escuchase y les
diese calor. Son aquellos recuerdos que fabricamos juntos, con las mismas manos
con las que construimos un futuro que jamás fue, son esas anécdotas estúpidas
que sólo nos hacen gracia a ti y a mí, escritas en un idioma que ya nadie
practica, otra lengua muerta a manos de un paladar exquisito.
Dales cobijo. Préstales algo, cualquier cosa,
aunque sólo sea tu atención.
Porque si algún día sabes de mí, eso significará
muchas cosas. La primera, que por mucho que lo intenté, no me pude ir tan lejos
de ti como yo quería. La segunda, que por mucho que lo deseaste, tú tampoco
pudiste quedarte tan cerca de donde alguna vez fuimos feliz. Sí, feliz. La
tercera, que tu mundo y el mío siguen con pronóstico estable dentro de la
gravedad. Y la cuarta, -por hacer la lista finita-, que cualquier resta es en
realidad una suma disfrazada de cero, una vuelta a cualquier sitio menos al
lugar del que se partió.
Nada de todo esto debería turbar ni alterar tu
existencia el día que sepas de mí. Nada de todo esto debería dejarte mal.
Piensa que tú y yo pudimos con todo. Piensa que todo se pudo y todo se tuvo,
hasta el final.
A partir de ahora, tú tranquila, que yo estaré
bien. Me conformo con que algún día sepas de mí, me conformo con que alguien
vuelva a morderte de alegría, me basta con saber que algún día mi nombre
volverá a rozar tus oídos y a entornar tus labios. Esos que ahora abres ante
cualquiera que cuente cosas sobre mí.
Por eso, cuando sepas de mí, no seas tonta y
disimula.
Haz ver que me olvidas.
Y me acabarás olvidando.
De verdad.
21 de agosto de 2015
Única de Verdad
No es porque seas
preciosa, ni porque apenas creas en el amor. Tampoco es porque al cruzar las
manos tus dedos siempre sobresalgan sobre los míos.
No es por tu mirada
constante, ni por tus ganas de cambiar el mundo. Tampoco por la puerta al cielo
que tiene tu sonrisa algunos lunes.
No es porque hagas
volar nubes cuando te aviso de mis tormentas, ni porque dibujes mi hoyuelo
izquierdo cada vez que te hablo de guerras sin tregua.
De verdad, te lo
juro, tampoco es porque entiendas de "pe" a "pa" todas y
cada una de mis expresiones, ni porque te partas de risa con mi risa, ni porque
andes como una princesa, ni porque habites en el mundo como una reina.
No es porque en la
cama bailes como nadie, no es porque te muevas como una serpiente en la vida,
no es porque tus películas sean mis historias, no es porque tus lágrimas sean
mis ganas de matar, ni tampoco porque tu ombligo sea la llave a los días de
verano.
Es por la magia, por
el ruido, por las interferencias. Es por la complicidad, por los besos en la
nariz, por el invierno. Es pura y sinceramente porque eres la única persona por
la que yo renunciaría al resto.
15 de agosto de 2015
14 de agosto de 2015
13 de agosto de 2015
9 de agosto de 2015
8 de agosto de 2015
7 de agosto de 2015
5 de agosto de 2015
3 de agosto de 2015
17 de julio de 2015
1 de julio de 2015
25 de junio de 2015
Gusto de Verdad
- Pero lo que más me gusta es que no pretendas gustar a todos, sólo a mí.
- El gusto es mío.
18 de junio de 2015
17 de junio de 2015
8 de junio de 2015
6 de junio de 2015
4 de junio de 2015
1 de junio de 2015
Pavo de Verdad
Ya hay que ser pava para pedir que te traigan la
luna cuando te pueden traer cervezas.
31 de mayo de 2015
30 de mayo de 2015
Distancia de Mentira
-Lo siento, no quiero alguien como tú. Tienes un pero muy grande e inevitable.
-¿Pero?
-No quiero una relación a distancia. No querría enamorarme de
alguien que es lejos.
-Con suficiente
sentimiento no hay barreras.
-Es al revés, podría sentir tanto que no soportaría necesitarte
y no tenerte a unos minutos.
-¿Y prefieres no
intentarlo?
-Prefiero no sufrir como una descosida. Te conozco de poco, pero
verte, escucharte, verme contigo…Me conozco y me adivino, porque veo como soy
contigo y como eres, y como eres conmigo. No tenías que ser así. No vale.
-¿Y, qué tiene tanto
de malo?
-Que voy a sufrir mucho porque sé que aunque esté en contra y no
quiera y todos me digan que es una locura, lo único cierto es que lo pienso
intentar.
-:)…Eres muy
pesimista. Una relación a distancia es aquella donde un barco, un coche, un
avión o un tren no llegan. Aunque sea a pie, con el pulgar hacia arriba y
trabajando 25 horas al día me dará igual la distancia si en la meta estás tú. Vendrán tiempos mejores, pasémoslo mal ahora que tenemos fuerzas y demostremos que sólo somos
invencibles.
25 de mayo de 2015
23 de mayo de 2015
Suscribirse a:
Entradas (Atom)