29 de marzo de 2015

Espera de Verdad

Voy a coger mi mejor francotirador, ese que se tiene en una vitrina, acolchado, impoluto, capaz de la bala de acero pulido más certera. Cogeré la mirilla más precisa, kilométrica, milimétricamente atómica, me voy a tumbar y colocaré mi arma y mi alma para relajarme. 
Voy a respirar hondo durante un tiempo muy largo, que cuando llegue se habrá pasado volando.


Te veré, estaré tranquilo, ansioso, nervioso, frío, de acero, estarás ahí delante, expectante, impactante y pacientemente agitado. Y te pondrás en el punto de mira, en el punto de la cruz, no voy a temblar, no voy a temblar y voy a disparar.

Un disparo. Limpio.







¿Te apuntas?

Yo disparo.








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