18 de octubre de 2011

Vida a día de Verdad


Nos empeñamos en no querer trabajar, en estar siempre de vacaciones, en tener todo lo que se desea al instante y en que seamos siempre queridos sin sacrificio alguno.

Eso es querer no sentirnos útiles, querer no estimular nuestras destrezas intelectuales, querer que el valor de todo sea cero, es desear la confianza como un camino sin sorpresas.

Eso es negarse a la vida y no querer disfrutarla, el lunes no es un “4 días para el viernes”, es un día más, con una máscara para asustar, quitársela y sacar un viernes de cualquier día.

Vivamos el día a día como si fuese el gran día con la eterna recompensa de poderlo mejorar.






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