Nara: Dices tanto la verdad que me he cansado de creerte.
Nar: ¿Y qué tiene eso de malo, que diga siempre la verdad?
Nara: Que no me atreva a preguntarte algo tan sencillo como si me quieres.
Nar: Pero eso seguro que lo sabes sin que me lo preguntes.
Nara: Pero hay veces que las personas necesitamos escuchar ciertas frases, para no sufrir la inseguridad de la duda.
Nar: Creo que en realidad, todos deberíamos desengañarnos un poco de la verdad que maquillamos cada día. Para que al final la verdad al natural nos siente mejor que ponerle tacones o teñirla con otras “falsas verdades”.
Nara: Entonces… ¿Me quieres? ¿Cuánto?
Nar: Lo justo lo justo, para dar mi vida entera por ti.