5 de enero de 2011

Vacío de Verdad

No, si me sincero con vosotros os diré que no, que ya no puedo llorar más. Puede sonar infantil, o excesivo de víctima pero ojalá tuvierais mi piel y la sintierais. Ya no derramo lágrimas. Y os diré por qué.

El sentimiento que guardo hacia él no es de tristeza, de pena, prepotencia o arrepentimiento. Es de vacío. Sentimientos de vacío, y te dejan muda, paralizada, sin sentir, con la mirada perdida, sin ver. Porque ya te cansaste de sufrir por sentir. Porque ya no puedes sufrir. Ya lo has pensado todo tanto, le has dado tantas vueltas hasta marearlo, que ya no son ganas ni fuerzas de lo que careces, sino de sentimiento. Carecer de sentimiento es algo duro, violento y frío. Ya no tienes más sentimiento para él que el de no sentir. Ojalá nunca sintáis como yo no siento. Sentimientos faltos de sentimiento. Sentimientos de vacío.

Y te dirás que siempre quedarán esos recuerdos, esas sonrisas, esas tontas fotos, esos improvisados videos, esas agudas y azucaradas cartas,  esas conversaciones que una vez y más de tres veces tan fondo te llegaron sin querer ni esperarlo.

Y te dirás, bueno, al menos seguimos hablando y siendo buenos amigos. Bueno, pero ya nunca será lo mismo. Lo que os une en realidad es inercia y educación por lo vivido.

Y es triste que al final los recuerdos se olviden y se recuerden con menos detalle, porque en el detalle está lo auténtico, y al final solo quede el recuerdo de haber paseado por ese parque pero no de que la tierra recién llovida te recordaba al olor de su pelo.


Y es triste que al final quede eso. Nada. Sentimientos de vacío.
z