31 de enero de 2011

Día de Verdad I

Día 1 – Madrid soleado y frío


Hoy la conocería en persona. Mejor dicho, hoy la vería por primera vez en persona. No creo que por mucho que veamos frecuentemente a una persona lleguemos a conocerla. Las personas no se abren, ya no ofrecen su persona, muchas de las veces te venden copias baratas de una personalidad y un carácter que no es el suyo, imagino que así se evitan muchos malos ratos, no sufrir, se inhiben por complejo, miedo, inseguridad. Lo dicho, al menos hoy la vería. Ya la había visto antes cuando nos conocimos, pero yo andaba enamorado de una forma juvenil y demasiado pasional como para no aceptar que entonces estaba ciego ante cualquier otro mundo de otra persona.

Entonces la vi, hablamos, discutimos amistosamente, hubo 2 silencios incómodos muy cortos que supimos solventar con elegancia, por fin sin dificultades ni obstáculos, ni  música demasiado alta, ni miradas anónimas y curiosas, y un lugar donde nadie conoce a nadie.

Estas situaciones que nos crean tanta expectación, en las que imaginamos la situación de todas las formas posibles, acostumbrando a idealizarlas, siempre suceden como no imaginamos, como no queremos, ni somos como esperamos. Así que fue como tuvo que ser, normal, demasiado normal. Sin sorpresas. Siempre con el protocolo moral por delante, cautos, cuidadosos. Como a ninguno le gusta ser ni es.

¿La despedida?

“Bueno… ¡hasta luego!”

Y ya está, hasta luego.




*Próximamente Día 2 - Madrid naranja y silencioso

z