No me quejo. Me quejaría si no pudiera darle un beso cada día,
si no pudiera acariciarle, si me separan de él.
No me quejo, porque esto es como un sueño para mí.
Si no sintiera cómo se me acelera el corazón cuando estoy con
él no me creería que esto fuera real.
No me quejo, por que esto, simplemente, es así.