21 de octubre de 2014

Ella de Verdad


No hace falta que me digáis eso de que perdéis la cabeza por ella....

Ya sé de sobra que tiene esa sonrisa y esas maneras, y todo el remolino que forma en cada paso y cada gesto que da. Pero además la he visto seria, ser ella misma, y en serio que eso no se puede escribir en un poema ni en un papel.

Por eso, eso que me cuentas de "mírala como bebe las cervezas y como se revuelve sobre las baldosas y que fácil parece a veces enamorarse" Todo eso de que " ella puede llegar a ser ese único motivo de seguir vivo" Todo eso de que "los besos de ciertas bocas saben mejor" es un cuento que me sé desde el día que me dio dos besos y me dijo su nombre.

Pero no sabes lo que es caer desde un precipicio, y que ella aparezca de golpe y de frente para decirte: "venga, siéntate a mi lado y me lo cuentas".

No sabes lo que es despertarte y que ella se retuerza y bostece, luego te abrace y después no sepas como deshacerte del mundo y aislarte con ella.

Así que supondrás que yo soy el primero que entiende el que pierdas la cabeza por sus piernas, y el sentido por sus palabras, y los huevos por un mínimo roce de mejilla. Las incomodidades de orgullo que pueda provocarte son algo con lo que ya cuento.

Quiero decir que a mí de versos no me tienes que decir nada, que hace tiempo que veo los míos pasar delante de mis ojos.

Que yo también la veo.

Que cuando ella cruza por debajo del cielo solo el tonto mira al cielo. Que sé cómo agacha la cabeza, levanta la mirada y se muerde el labio superior.

Que conozco su voz en formato susurro, formato gemido, y formato secreto.

Que me sé sus cicatrices, sus dedos y donde tocar para que se ría. Que yo también he memorizado su número de teléfono, pero también el número de sus escalones, y el número de pestañeos antes de darte un beso y decirte lo siento o la sonrisa de “te quiero”. Que no solo conozco su última pesadilla, también las mil anteriores.

Y yo sí que no tengo cojones a decirle que no a nada, porque tengo más deudas con su espalda de las que nadie tendrá jamás con la luna (y mira que hay tontos enamorados en este mundo). Que sé la cara que pone cuando se deja ser completamente ella.  Pronunciar sus 6 letras y sea por mí por quien da la vuelta. Que la he visto volar por encima de poetas que valían mucho más que estos dedos y la he visto formar un charco de arena rompiendo todos los relojes que la puso el camino, y la he visto hacerle competencia a cualquier amanecer por la ventana; no me hablen de paisajes si no han visto su cuerpo.

Que te entiendo.

Que yo escribo sobre lo mismo, sobre la misma.


Que razones tenemos todos, pero yo muchas más que vosotros.




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