Ahora la recuerdo bien.
Es excitante tu ritmo, tu tono, y
tu timbre.
Excitantes tus silencios, tus
corcheas, tus fusas y tus suspiros ligados.
Es excitante tu risa nerviosa ante
mis obscenidades cada tres por ocho.
Tu forma de acabar las frases con
esa melodía.
Tus arrebatos de cortarme,
morderte los labios y decirme que me echas de menos.
Tus impulsos de cortarme y decir
lo que piensas.
Tus parones al disculparte cuando
me cortas.
Es excitante cuando imagino tus
palabras con esas sonrisas tan cerca. Tan desenfocadas.
Y eso es sólo tu voz. Y cualquier
persona diría: “Tío es una voz muy normal.” Y qué, mientras vaya a mi compás.