A esas chicas con amores
fantasmas. Sed más egoístas y no compartáis vuestros pájaros. Alguien se puede
ilusionar de una realidad que nunca os habéis creído.
A esos príncipes azules, verdes o
rojos que hayan dado todo por sus princesas rosas, moradas o amarillas. A esos
que han enamorado a esa chica con cada gesto desde la primera sonrisa que se
conocieron, que han tenido detalles y detalles, que nunca se han enfadado con
ella, una mala palabra, un descuido, un gesto inoportuno, nunca, nada de eso.
Aquellos superhéroes que han sufrido lo inhumano por verla de nuevo un rato.
Aquellos que se han ido enamorando. Mientras ella decía que también lo hacía. Y
tú te lo ibas creyendo.
Si vas lento, dirán “quiero que
me diga que me quiere, con sus ocho letras, que venga siempre a por mí, que me
dé el tiempo que le falta, que me mire a los ojos, que me toque el corazón
cuando ahonde su mano en mi pecho que se desviva por verme, por escucharme y
por hacerme el amor, que sea claro, directo y de todo”. Aquellas que si haces
eso justo te dirán que no te creen, que no puede ser que alguien como tú se
haya fijado en alguien como ellas, que algo malo tendrás, que no puede ser, que
no lo merecen. Que tienen miedo. Y llorarán en silencio mientras te siguen
diciendo que están bien.
Da igual como seas. O no saben lo que quieren. O no se atreven a quererse
y a quererlo.
Aquellos príncipes tan azules
como el cielo, no tenéis nada que hacer, el corazón de esa princesa lo tiene
una mala bestia tan negra como cada una de sus noches.
Y ella te dirá “¡Que siii tonto!
Que estoy bien. :)”